Haciendo los deberes: Gone Home
Aaah comienzos de enero, próximamente los gimnasios estarán llenos, los mercados hasta arriba de gente comprando lechugas para hacer dieta y yo sin propósitos para este nuevo año salvo encontrar trabajo. Hay que hacer algo, por lo menos jugar a lo que me perdí el año pasado.
De esta manera comienza Haciendo los deberes, una forma de obligarme a ir jugando los diez nombres que formaban la lista que realicé hace poco y en la que reseñaré todos los títulos a los que llego Tarde A La Fiesta. Empezaremos con Gone Home, una de las muchas joyas independientes que nos ha dejado el 2013.
Nos meteremos en la piel de Kaitlyn, una chica de veintipocos años que vuelve a casa después de un largo viaje por Europa. Es junio y al parecer hay una terrible tormenta allá fuera, tus maletas están en el porche y una misteriosa nota pegada en la puerta principal de parte de tu hermana Samantha en la que dice que se ha ido, que no la busques y que no te preocupes que te quiere. Un comienzo bastante inquietante para las aproximadamente dos horas que durará esta pequeña aventura.
Es verdaderamente difícil hablar de Gone Home como un juego más. Está claro que el título de The Fullbright Company encajaría dentro de las aventuras gráficas en las que la exploración es la mecánica principal, nada de minijuegos ni toma de decisiones a lo Telltale Games, tan solo registro intensivo del escenario para encontrar objetos útiles. En cambio lo que hace la desarrolladora va más allá.
No hay nada de revolucionario en cuanto a mecánicas o apartado técnico, ni falta que le hace, lo que ha hecho levantar la ceja a aquellos jugadores que se han metido de lleno en la exploración de la casa “abandonada” es la forma en la que los desarrolladores se las han ingeniado para contar una historia adulta con algunos giros de guión, cierta tensión inesperada y un toque nostálgico que seguro nos hará recordar algún momento de nuestra adolescencia. Su peculiar estilo hace que a medida que buscamos pistas para saber porque Samantha se ha ido de casa vayamos recordando los hechos que nos lleven a sacar la conclusión no solo de su marcha sino también de ciertos temas familiares de esos que no se suelen hablar ni entre la propia familia.
Gone Home nos contará una historia a través de los objetos: cartas, recortes de periódicos, postales, las muy importantes cintas de casete que pondrán el hilo musical durante la partida…ni siquiera llegarán a formar parte útil de nuestro inventario, aunque si quedarán los diarios narrados por la propia hermana por si se nos ha escapado algo de la trama que deseemos recordar. Leeremos hasta que nos quedemos ciegos si hace falta, hay un buen montón de textos que nos desvelarán detalles de lo que ha sucedido en el año que Kaitlyn ha estado fuera de casa y si no serán obligatorios para comprender lo que sucede, si será muy recomendable para entender en profundidad la historia.
No es un título para todos los paladares, si venís buscando una aventura gráfica al uso no la encontraréis, si esperáis algo similar a Amnesia os estáis equivocando de nuevo. Gone Home es un juego experimental como lo fue Dear Esther en su día o The Stanley Parable en su primera versión de aquel olvidado 2011. No lo toméis como un juego en el que podéis pasar de los textos y las pistas como he visto a hacer en algunos gameplays de YouTube porque sencillamente le estaréis quitando la esencia que los desarrolladores querían darle: evocar recuerdos a través de objetos y contar una historia estupenda.
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