Análisis – Rage Mutant Bash TV

Las pantalla táctiles y los juegos estarán siempre en una eterna batalla por culpa del control. Por una parte son ideales para juegos simples, que no sencillos, debido a que pulsar sobre una zona directamente es una manera mucho más rápida de realizar ciertas acciones en lugar de acceder a ella mediante un cursor, en cambio cuando se trata de realizar complicadas maniobras como pueden ser un salto difícil entre plataformas o un combo en un juego de lucha estas se convierten en el peor enemigo de un desarrollador.

Concretamente el género FPS es el más tocado en este aspecto. Los sticks analógicos o el teclado y el ratón que hemos utilizado toda la vida para ello, se ven relegados a 2 zonas donde posaremos nuestros pulgares y que además te obligan a tapar un tercio de la pantalla sin contar «botones» destinados a otras acciones haciendo que la experiencia de juego quede en cierto modo arruinada.

¿Cómo arreglar eso? Se preguntaban en Id Software mientras hablaban de Rage para iOS. «-¡Tengo una idea! Hagamos un FPS sobre raíles pero que simplemente se maneje con un «stick» para poder apuntar a los enemigos mientras avanza entre zona y zona» Y así se quedó.

Rage Mutant Bash TV no tiene historia es simplemente un concurso de televisión ambientado en el universo de Rage en el cual tendremos que matar mutantes y atravesar la zona en cuestión, de las 3 disponibles, consiguiendo la mayor cantidad de puntos posible para petar los leader boards de Game Center. Quizás sea por la exclusión total de una historia y basar su mecánica en aumentar nuestra puntuación el que la decisión de hacerlo on rails haya sido un completo acierto.

abuelo de los monsterNuestro maestro de ceremonias, el abuelo de los Monster

Al tener ante nosotros este estilo de juego (on rails) no tenemos que operar constantemente con un segundo pulgar pegado al dispositivo lo cual nos ofrece algo más de pantalla para disfrutar con esos gráficos que se han currado y que son capaces de ir hasta en mi viejo iPod touch 2G de una forma bastante fluida. Sí, tendremos en la parte derecha los botones de disparo, correr o recargar pero no estorban tanto como una segunda zona con la que apuntar. Por supuesto si sois unos completos detractores de utilizar una pantalla táctil para ello sois libres de usar los otros 2 modos de control que hay por movimiento (virtual ventana o por inclinación) seguro que la experiencia es un gritón de veces más satisfactoria, exactamente igual que pegarse un tiro en el pie.

Todos sabéis como funciona este tipo de juegos: avanzamos, a veces a nuestro paso aparecerán enemigos, 4 tipos diferentes ni uno más ni uno menos, a los que intentaremos matar pero es más complicado al estar en movimiento (en este juego especialmente), nos paramos, matamos enemigos y vuelta a empezar. El sistema de apuntado funciona bastante bien siempre y cuando vayamos a opciones y pongamos la sensibilidad en alto ya que tanto en bajo como en normal va demasiado lento como para poder disparar a todos los enemigos que aparecen en según que lugares. Pero vamos a lo que interesa, hacer puntos a mansalva. Nos darán puntos por matar a los mutantes aunque si por ejemplo disparamos a la cabeza o reventamos su cuerpo al morir obtendremos mayor puntuación, el nivel de dificultad también contará a la hora de aumentar nuestro marcador así como el ser heridos. Si conseguimos esquivar los ladrillos que nos tiren o los hachazos que nos lancen y enlazamos un buen número de muertes seguidas sin recibir daño obtendremos un prácticamente imprescindible multiplicador de puntos que hará que estalle nuestro marcador y humillemos a nuestro amigo en Game Center de forma grotesca, eso sí, que no te toquen o desaparecerá la magia.

Para destrozar a esas asquerosas alimañas con palos y cuchillas dispondremos de 3 armas diferentes: escopeta, metralleta y pistola. Classic is classic. Las dos primeras tendrán munición limitada que deberemos ir recuperando de los items que encontremos por el escenario, la pistola tendrá balas infinitas por aquello de no dejarnos vendidos a mitad de la partida por ser unos despistados. El sistema de recarga copia homenajea a Gears of War, si conseguimos detener la barrita en la zona marcada recibiremos un duplicador de daño durante unos instantes, en cambio ,si fallamos, además de no conseguir recargar perderemos unos valiosos segundos muy importantes sobre todo si tenemos a los enemigos lanzándonos besitos a escasos centímetros de nuestra cara.

La parte «mala» viene por la propia naturaleza del juego ya que los 3 escenarios que existen los terminaremos en una hora como mucho. Simplemente nos quedará volver a repetirlos para aumentar nuestra puntuación y así poder practicar para subir otro nivel de dificultad e intentar un supuesto reto mayor. Quizás la inclusión de unos enemigos finales que añadieran algo de variedad al asunto hubiera sido un buen golpe de efecto a la diversión. Alargar la vida del juego colocando 50 dianas por escenario lo considero trampa.

Los extras que incluye el juego realmente no valen ni para limpiarse el culo ya que se limita (efectivamente, singular, solo hay un extra) a un modo museo en el que podremos contemplar los escenarios pulsando el botón de esquivar/correr para ir paseando por él. Lo que todo el mundo quiere, no se de que me quejo.

Rage es un juego fácil de jugar y entretenido, su duración dependerá de lo mucho que vayas a picarte con tus amigos o tu mentalidad a la hora de superar tu puntuación. En cambio si eres de esa clase de jugadores que terminan el juego y lo abandonan Rage no es la mejor opción para comprar, aunque claro por 79 céntimos la versión normal o 1,59 € la HD tampoco es que no vayas a poder pagar la factura de la luz del próximo mes.

 

 

 

 

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