rosa de sangre

Análisis – Sine Mora

En plena época de su extinción os pido que regreséis a cuando eráis niños. Principios de los noventa, o finales si sois ridículamente jóvenes, fin de semana, salías por ahí, si eras muy pequeño con tus padres o si ya tenías una edad con tus amigos, y veíais una explosión de sonidos e imágenes que sería la pesadilla de cualquier epiléptico: los salones recreativos. Muchas pantallas, muchos juegos pero casi siempre solo un reto de verdad: el shoot’em up. Naves que disparan un montón de bolitas azules y rosas, rapidez felina de reflejos con la que respondías esquivando todos los patrones que eras capaz y enemigos de final de fase que te obligaban a romperte la muñeca si querías salir vivo de ellos. Decenas de monedas de cinco duros.

El shoot’em up es el reto, la dificultad en los videojuegos, lo que define a un auténtico arcade gamer y Digital Reality junto con Grasshopper Manufacture Inc. ha querido «resucitarlo» (tampoco tanto que los indies le dan fuerte a esto del shoot’em up) con Sine Mora en un mundo triste en el que los arcades casi han desaparecido y Cave domina el género con sus locos locos juegos.

Quizás resucitarlo no haya sido la mejor palabra, Sine Mora no devuelve a la vida al género pero si lo adapta muy bien a los tiempos que corren en todos y cada uno de sus aspectos.

perfect fondo

En Digital Reality saben muy bien que dar una buena impresión es primordial en un videojuego y lo demuestra con un apartado técnico impecable en el que, a pesar de ser un juego completamente en 2D, las tres dimensiones brillan muy fuerte. Aviones bien modelados, decenas de pequeños detalles como las balas que salen de nuestra aeronave al disparar, enemigos finales que no tienen nada que envidiar a los de cualquier shooter futurista estilo Vanquish, todo ello representado magníficamente con una estética steampunk que sienta al título realmente bien y que demuestra en cada escenario siempre que puede sobre todo en la recta final con unas ciudades que dan ganas de meterse a recorrer. Sine Mora entra por los ojos y esto siempre es bueno. Sin embargo no contentos con hacerlo demasiado bien en los gráficos pidieron ayuda a un grande de las bandas sonoras del mundillo. Akira Yamaoka pone su batuta al servicio de Sine Mora y sabremos que no solo vive de Silent Hill el hombre clavando auténticos temazos de música electrónica durante la partida y una pequeña dosis de dramatismo cuando hace falta.

animales humanosSí, dramatismo, eso es lo primero que se me viene a la cabeza al recordar la historia del juego. Una historia narrada a través de textos en castellano (doblados en húngaro) y pequeñas cinemáticas de corte adulto en la que nos intentan explicar como una raza está a punto de exterminar a otra para convertirles en sus esclavos, como un hijo desobedece una orden y es condenado y un padre sin piernas quiere vengar a dicho hijo, sumémosle un poco de violación por ahí y algo de huérfanos por allá y sin ser la madre de todas las historias sí tendremos una trama ligeramente interesante y bastante diferente a lo que nos tienen acostumbrados en el género. Cumple de sobra en este apartado y sirve de excusa para acabar una historia que desbloqueará los demás modos de juego (Arcade, Score Attack y entrenamiento de bosses) y a la vez será un tutorial perfecto para el verdadero reto que supone el juego.

Durante el modo historia podremos experimentar en profundidad sus mecánicas y los saltos que dan para destacar en este amplio mundo que son los shoot’em ups, no es fácil innovar en un género que lleva 20 años evolucionando. Lo primero que nos llamará la atención es la ausencia de vida o naves restantes. Aquí lo que prima es el tiempo y tendremos un cronómetro que indicará cuanto tiempo nos queda para alcanzar el siguiente checkpoint y se nos recargue. Por supuesto al recibir impactos nuestro temporizador se verá reducido pero gracias a dios cada vez que derribemos a un enemigo recibiremos unos valiosos segundos cuyo número que dependerá de la envergadura de la nave destruida. También hay un par de items que nos echarán una mano por ahí con el tiempo pero los buenos jugadores saben que estas cosas son más para sumar puntos que para sumar más «vida» al reloj. Cuando recibamos un disparo enemigo el tiempo será lo que menos nos importe, a no ser que vayamos verdaderamente escasos de él, y lo que haremos será gastar todo lo que sea necesario para que no perdamos los valiosísimos Power Ups de arma que saldrán volando al ser heridos. Perdedlos e id reiniciando la partida en modo Arcade porque no habrá manera de terminarlo.

 

En la variedad está el gusto

Algo que favorece tanto la historia como la mecánica del juego es la posibilidad de «editar» la nave. Al iniciar una partida en modo arcade deberemos seleccionar nuestra nave entre las tres disponibles, y el color si los hemos conseguido desbloquear, así como su piloto entre los 8 animales antropomórficos protagonistas de la historia y cuyo verdadero interés estará en la sub-arma diferente que guardan cada uno bajo el brazo. Por si no fuera suficiente también deberemos elegir entre 3 habilidades especiales que al igual que la arma secundaría se irán recargando mediante power ups; tiene gran importancia, tanto en la historia como en la partida arcade, la habilidad de relentizar el tiempo ya que nos permitirá escapar de una lluvia de balas y tener un tiempo extra para recuperar items sumamente necesarios así como completar alguna fase especial del modo historia que añaden variedad al asunto.

 

El enemigo final

octopus

Sine Mora es complicado, sobre todo si nos ponemos el nivel de dificultad en Locura y vemos como las naves que destruimos explotan añadiendo más balas a la pantalla haciendo que nos caguemos un poco en los pantalones, pero si algo más merece mención aparte esos son sus excelentes enemigos finales. Normalmente divididos en varias secciones aportarán personalidad propia al nivel y nos complicarán, irregularmente, la recta final del acto sin remordimiento alguno. Una araña gigante (CLASSIC mid-boss), un tren cargado de armas hasta las tetas o un submarino que lanza rayos laser bajo el agua son algunos de los diversos jefes que nos encontraremos. Todos distintos, así como sus secuaces, harán que se nos pasen volando las horas con este shoot’em up destinado a una gran rejugabilidad gracias a las diferentes combinaciones de aviones posibles y a la ya mentada variedad.

Ahora mismo anda por Xbox 360 pero próximamente podréis disfrutarlo también en PS Vita y PS3, para los fans del género me parece un imprescindible. No hay excusa para no volver a tener 12 años y sentir el olor a reto…y a sudor.

 

 

 

 

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