Las pantalla táctiles y los juegos estarán siempre en una eterna batalla por culpa del control. Por una parte son ideales para juegos simples, que no sencillos, debido a que pulsar sobre una zona directamente es una manera mucho más rápida de realizar ciertas acciones en lugar de acceder a ella mediante un cursor, en cambio cuando se trata de realizar complicadas maniobras como pueden ser un salto difícil entre plataformas o un combo en un juego de lucha estas se convierten en el peor enemigo de un desarrollador.
Concretamente el género FPS es el más tocado en este aspecto. Los sticks analógicos o el teclado y el ratón que hemos utilizado toda la vida para ello, se ven relegados a 2 zonas donde posaremos nuestros pulgares y que además te obligan a tapar un tercio de la pantalla sin contar «botones» destinados a otras acciones haciendo que la experiencia de juego quede en cierto modo arruinada.
¿Cómo arreglar eso? Se preguntaban en Id Software mientras hablaban de Rage para iOS. «-¡Tengo una idea! Hagamos un FPS sobre raíles pero que simplemente se maneje con un «stick» para poder apuntar a los enemigos mientras avanza entre zona y zona» Y así se quedó.
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